Elige tu furgo (Parte 2)

Índice

Nuestro primer contacto: Bürstner City Car C601

Bürstner Citycar C 601

En la anterior entrada os hablábamos de algunas diferencias que existen entre las autocaravanas y las camper, pero sobre todo os dábamos un consejo que consideramos importantísimo para todo aquel que quiera adentrarse en el mundo de los vehículos vivienda: Alquilar. Y como pensamos que cuando uno predica con el ejemplo consigue una mayor credibilidad, en esta segunda entrega os vamos a contar algunas de nuestras experiencias cuando alquilamos, tanto una camper gran volumen como una autocaravana.

El primer vehículo que nosotros alquilamos fue una camper, una Bürstner City Car C601. He de decir que ese vehículo me encantaba antes incluso de alquilarlo, y que todavía hoy me encanta. Lo conocíamos por las famosas presentaciones que hacían Fernando y Marisa del canal de YouTube “Viajar en Autocaravana”. Por eso, cuando telefoneé a Comercial Caravaning, en Alcorcón, que era donde Fernando y Marisa hacían las grabaciones por entonces, y me dijeron que justo era ese el modelo de camper que alquilaban, nos liamos la manta a la cabeza y aprovechamos un puente del día de Andalucía para probar este vehículo.

¿Pero cómo no me voy a agobiar si no me entra el moño?

Para empezar, he de admitir que Esme se agobió, porque es cierto que todo queda muy cerrado; esta camper tiene una distribución clásica, con un salón que se forma girando los asientos delanteros enfrentándolos a la banqueta trasera; detrás de ese asiento queda el baño, en mitad del vehículo, y detrás está la cama. Frente al baño está la enorme nevera con la que cuenta esta camper, y aquí está el gran problema que le vemos a este tipo de distribuciones: que genera el conocido efecto pasillo. A nosotros nos sucedía que cuando Mulder se ponía en medio de ese pasillo resultaba imposible moverse. Pero, por lo demás, a mí me encantaba eso de poder subir la cama al techo y que te quedase un segundo salón atrás en el que poder tumbarte en la bancada a leer, cosa que, por otro lado, no hice. Por cierto, en este punto hemos de dejaros otro consejo importantísimo para cuando alquiléis: siempre, SIEMPRE, tomaos un tiempo para guardarlo todo antes de salir. Nosotros teníamos sólo tres días para disfrutar de la camper, por eso el primer impulso fue meter la maleta y nuestras cosas de cualquier manera y tirar rápido hacia nuestro destino, sin preocuparnos en guardar la ropa y el resto de cosas. Ese fue un error que arrastramos durante los tres días siguientes, puesto que siempre tuvimos que estar buscando cualquier cosa que quisiéramos usar, sin saber dónde la habíamos dejado; y esto redundaba en que cada vez estuviera todo más revuelto. Además, nos llevamos la maleta con nosotros cuando la podíamos haber dejado en el coche. Errores de novatos.

Volviendo a la Citycar C 601, y como ya he comentado, al menos el modelo de 2018 tiene una cama que baja del techo. Está montada sobre chasis Ducato y se conducía muy bien, aunque me resultó un poco torpe en curvas; pero supongo que eso es porque no estaba acostumbrado a conducir vehículos tan grandes. La inmensa nevera es de compresor y tenía calefacción y agua caliente a gasoil, con depósito de 120 litros de agua y un manejo de la calefacción muy sencillo. Y los asientos delanteros eran comodísimos; de verdad, impresionantes, no creo que sean los mejores del mundo camper, pero incluso comparados con los de la Etrusco ya eran mucho mejores, así que imaginad ahora con los de la Sprinter. En general, a mí me encantó todo esto, pero es cierto que la disposición de cama en el techo habría sido mejor sobre un chasis H3; y como creo que Bürstner ya no hace esta camper, no me extrañaría que fuese porque no haya tenido aceptación por este pequeño detalle. Ya mencionaremos en la siguiente entrada qué es eso de H3, pero, por ahora, a lo que me refiero es a que, cuando la cama estaba recogida en el techo, quedaba demasiado abajo, incluso para mí que mido apenas 1.68. Esto hace que no puedas estar erguido a la hora de cambiarte, por ejemplo, y cambiarte en el pasillo era un poco agobiante por estar el baño y la nevera enfrentados, dejando muy poco espacio de paso. Por eso, unido a que fuimos a zona de costa y Mulder se llevaba media playa en las patas cada vez que entraba a la furgo, la noche que volvíamos a Madrid tuvimos que hacer una parada de urgencia en un supermercado para comprar un cubo y fregona y limpiar bien de polvo, pues el ambiente estaba cargadísimo. Esto nos hizo pensar que aquello no era nuestro mundo. Con todo, devolvimos la furgoneta con mucha pena. Cuando Eva, la simpática y majísima comercial de Comercial Caravaning, nos preguntó qué tal nos había ido y le explicamos que con el perro y tal era muy agobiante, nos recomendó probar a la siguiente, si nos quedaban ganas, una autocaravana de 6 metros que tenían. Y un día de junio, mirando aburridos la plaza del pueblo en el que vivíamos, mientras nos tomábamos algo y pensábamos lo aburrido que iba a ser quedarnos todo el verano allí, decidimos llamar para ver si tenían disponible esa autocaravana.

Segunda prueba: Etrusco 5900db

Etrusco 5900DB

Así que, aunque después de la experiencia con la Bürstner nos quedamos un poco desilusionados con el mundo camper, puesto que no teníamos muy claro que nos pudiésemos adaptar al mismo, en verano decidimos alquilar esa autocaravana que nos habían recomendado, la Etrusco 5900db, durante una semana. Es una autocaravana pensada para parejas sin

Etrusco 5900DB

hijos o familias de tres miembros, así que es pequeñita, de apenas seis metros, pero su caja es más alta y ancha que la de una camper. Esos escasos diez o veinte centímetros que se ganan por cada lado os aseguro que dan la vida en cuanto a habitabilidad, aunque la distribución era la misma que la Bürstner, solo que con la cama fija y elevada. Mulder es un perro de tamaño mediano, para ser un labrador es hasta pequeño, pero mientras que en la Bürstner se plantaba y ya no había quien se moviera, en la auto no pasaba lo mismo. En conducción, la Etrusco era bastante ágil, casi me pareció que tenía más aplomo que la Bürstner, aunque ambas eran el mismo chasis; también estuve el doble de tiempo conduciéndola. Y tenía la gran ventaja del garaje: como en el habitáculo la cama estaba elevada, debajo de la misma quedaba un espacio bastante grande en el que se puede guardar un montón de cosas, desde los calzos, mangueras y alargaderas hasta garrafas de agua, una bici, bolsas con otro tipo de cosas… vamos, mucho más espacio de almacenamiento que en la Bürstner. Por contra, la nevera era trivalente (funciona con gas, a 12v y a 220v, pero su poder de enfriamiento es menor), el agua iba a gas (en la Bürstner iba a gasoil), el depósito de aguas era de apenas 80 litros (poquísimo, a nuestro parecer), los acabados se notaban bastante peores… así que, era más cómoda, pero con sus inconvenientes.

Estuvimos una semana entera con ella y ahí sí que nos convencimos de que esto no era una moda de la que nos habíamos encaprichado, sino que nos gustaba de verdad. Habíamos aprendido  de errores pasados y nos tiramos más de una hora guardando cosas antes de ponernos en ruta, con lo que toda la semana tuvimos todo bien ordenado; dormimos bien, nivelando siempre el vehículo (porque sí, se nota un montón lo de usar los calzos)… pequeños detalles que hicieron que nuestra experiencia fuera mejor. Así que, al regresar a casa, nos tocó plantearnos qué preferíamos.

 

El garaje de las autocaravanas siempre supone un gran desahogo

Por un lado, hay que preguntarse para qué queremos el vehículo. ¿Lo queremos para irnos de vacaciones o lo queremos para disfrutarlo todos los fines de semana? Seguro que todo el mundo dirá que lo segundo, pero estoy convencido de que nadie que posea un vehículo de recreo sale todos los fines de semana. Al principio de tenerlo sí, claro, es la novedad. Pero tengo mis dudas de que, una vez pasada la euforia del primer momento, utilicemos nuestros vehículos cada fin de semana. Entre otras cosas porque habrá ocasiones en las que la climatología no acompañe, otras en las que tengamos compromisos, otras en las que no lleguemos a fin de mes, etc. Por otro lado, hay que ver la situación de cada cual en su casa, cuántos vehículos posee, si este vehículo vivienda ha de hacer de segundo vehículo además de su función recreativa, si contamos con un sitio para estacionarlo o debemos alquilar una plaza…

Vale, entonces ¿Camper o autocaravana?

Y, por fin, la gran duda, ¿camper o autocaravana? Para esto no hay respuesta, la verdad. Nosotros estuvimos más cómodos en una autocaravana, y es bastante probable que algún día acabemos teniendo una. Pero, de momento, hemos considerado que con una gran volumen tenemos suficiente. Una autocaravana es más amplia, pero eso también implica que ocupa más espacio en la vía y, si no tienes un sitio donde guardarla, siempre corres más riesgos de que a la policía local no le guste que no la muevas; recordemos que algunas localidades “obligan” a cambiar el estacionamiento del vehículo cada 72 horas, y cuando se trata de un turismo pasa más inadvertido, pero una autocaravana o una camper no tanto. También dan más el cante y llaman la atención de los amigos de lo ajeno, aunque esto ocurre igual con las GV. 

Pues yo digo que me da igual camper que autocaravana

Basándonos en nuestra experiencia con los dos vehículos que alquilamos, podemos decir que en la autocaravana todo es más amplio, pero también es cierto que, a la hora del almacenamiento dentro de la, llamémosla, célula de habitabilidad, la Bürstner tenía más espacio de almacenaje para ropa  y comida que la Etrusco, que por su parte contaba con el maletero. Por otro lado, la Bürstner resultaba más oscura, puesto que, aunque contaba con ventana -obligatoria- junto a la banqueta trasera, ventana en la puerta corredera y dos pequeñas ventanas en las puertas traseras, las claraboyas eran más pequeñas que, por ejemplo, en la Etrusco. La autocaravana tenía las mismas ventanas que la camper, pero contaba con la ventaja de una claraboya skyview preciosa y súper luminosa en la parte superior de la cabina, que por sí misma daba luz a todo el vehículo. También es cierto que un vehículo lo alquilamos a principios de marzo y el otro en agosto.

Pero la gran diferencia, para mí, estaba en las instalaciones, porque las de la Bürstner eran mucho mejores. Para empezar, tenía el boiler y la calefacción a gasoil, con lo que sólo te preocupabas del gas para cocinar, lo que es toda una ventaja. Además, al tener aquel enorme frigorífico de compresor, la comida iba mucho mejor refrigerada. En la auto el frigorífico era trivalente automático, y estos frigoríficos tienen un poder de enfriamiento mucho menor, sobre todo si fuera hace calor; y estábamos en verano. Además, al hacer más uso del gas en la Etrusco, te obligaba a estar siempre atento de no dejarte abierto el paso de la bombona cuando arrancabas para ir al siguiente destino, pues hemos de recordar que está prohibido circular con el gas abierto.

Y, en cuanto a temperatura, es cierto que una autocaravana resguarda mejor del frío, aunque no esté bien aislada. El motivo es claro, en una camper gran volumen tienes dos puertas traseras que son un coladero de aire, y os puedo asegurar que en invierno hace frío durmiendo junto a las puertas. La autocaravana es todo un bloque, por lo que no deja pasar tanto las bajas temperaturas. Eso sí, la primera noche, durmiendo en las montañas de León, como no nos fiábamos mucho de la calefacción, tuvimos un frío del copón.

En algún lugar donde hacía mucho frío que se colaba por las puertas de la camper

Así que debemos decir que, a la hora de tomar una decisión entre autocaravana o camper, serán las circunstancias y necesidades de cada persona las que dicten lo que es mejor para cada cual. Nosotros somos dos y un perro, así que una camper nos parece más que suficiente, aunque algunas veces estemos un poco más apretados. Para un matrimonio con hijos sí que consideramos mejor, casi obligatorio, una autocaravana, por ejemplo, aunque en este caso sería mejor una auto de 7 metros, o una capuchina. Si sólo necesitas una cama, la camper es ideal. Al ser un vehículo más estrecho entrará mejor en según qué sitios, e incluso si sales del asfalto para pernoctar en un sitio un poco más escondido, sin ser el vehículo adecuado, creo que es un poco más ágil; sin embargo, hay que tener cuidado con el voladizo posterior en las autocaravanas, sobre todo cuando son de siete metros. Y, además, una furgoneta te da la posibilidad de comprarte un vehículo base y hacerte la camperización como tú quieras, contratando a una empresa, haciéndola tú mismo, escogiendo materiales, configuración y accesorios… y ese es el motivo principal por el que nosotros optamos por gran volumen. 

De los tipos de vehículos que podemos escoger para hacernos nuestra camper será de lo que hablemos en la siguiente entrada. 

Síguenos en...
Compártenos

Deja un comentario

Escúchanos en ivoox

Escúchanos en Spotify